Se trata de otro conjunto de petroglifos en la margen del arroyo de Navahermosa, en el lugar de Navarrisquillos que se prolonga hasta su desembocadura en Vallálamo donde se une con el arroyo Majadillas formando el Mimbre. Corre paralelo a este curso de agua el camino que se dirige a tierras de Montalbán, donde al menos se han detectado tres grupos de petroglifos. Uno, el más importante, fue de la Asomailla, hoy desaparecido y publicado en esta revista; el segundo se localiza en las Huertas, publicado por el profesor Dacuña (R.E.M. n''. 100) y, el tercero, éste que hoy presentamos situado en el lugar mencionado. Se trata de un grupo de seis grabados incisos en una superficie de roca granítica plana orientada al sur, sobre la que se aprecia una gran pileta circular. Los signos corresponden a figuras cruciformes, pseudoalfabéticas, símbolos de fertilidad y una gran figura que no acertamos a descifrar.
Pinturas rupestres en Dos Hermanas
Es indiscutible la presencia del hombre prehistórico en Dos Hermanas, donde hemos hallado restos de industria lítica, algunos bifaces, raederas, raspadores y puntas, además de restos de cerámica que pru eban una continuidad desde el paleolítico hasta los metales en este lugar. Podemos añadir la estela de las cazoletas radiadas pertenecientes a culturas situadas en el entorno del Hierro. Un cercano abrigo y la fácil defensa que para estos grupos humanos posiblemente cazadores, les facilita las dos moles aisladas de cuarcitas que singularizan el lugar, hacen de este enclave una estación prehistórica merecedora de nuestra atención. A ello le sumaremos lo que puede suponer una nueva aportación . Se trata de unas concreciones ferruginosas en la cara este del llamado Risco, cuyas formas nos están indicando la presencia de la mano del hombre y que tendrán que examinar los expertos.
Es indiscutible la presencia del hombre prehistórico en Dos Hermanas, donde hemos hallado restos de industria lítica, algunos bifaces, raederas, raspadores y puntas, además de restos de cerámica que pru eban una continuidad desde el paleolítico hasta los metales en este lugar. Podemos añadir la estela de las cazoletas radiadas pertenecientes a culturas situadas en el entorno del Hierro. Un cercano abrigo y la fácil defensa que para estos grupos humanos posiblemente cazadores, les facilita las dos moles aisladas de cuarcitas que singularizan el lugar, hacen de este enclave una estación prehistórica merecedora de nuestra atención. A ello le sumaremos lo que puede suponer una nueva aportación . Se trata de unas concreciones ferruginosas en la cara este del llamado Risco, cuyas formas nos están indicando la presencia de la mano del hombre y que tendrán que examinar los expertos.
Canto de la Escalera
Uno de los enigmas que se repiten en los Montes de Toledo, es el de las peñas que como ésta, presentan escalones tallados y en cuya parte superior encontramos piletas. Estas características coinciden en esta roca aislada de poco más de dos metros de alta que se encuentra en la confluencia del arroyo de Jimena con el Torcón. Los cinco peldaños toscamente tallados (pues se limitan a incisiones) sobre unos rebajes casi circulares, se encuentran muy erosionados pero no lo suficiente como para advertir claramente su función. En lo alto también encontramos una pileta. Estas rocas en las desembocaduras o confluencias fluviales, presumen algunos autores que pudieran atender a un referente como mojonera, o lugar de reunión o de algún culto ancestral de épocas remotas de la antigüedad que no alcanzamos a definir.
v. LEBLIC
Uno de los enigmas que se repiten en los Montes de Toledo, es el de las peñas que como ésta, presentan escalones tallados y en cuya parte superior encontramos piletas. Estas características coinciden en esta roca aislada de poco más de dos metros de alta que se encuentra en la confluencia del arroyo de Jimena con el Torcón. Los cinco peldaños toscamente tallados (pues se limitan a incisiones) sobre unos rebajes casi circulares, se encuentran muy erosionados pero no lo suficiente como para advertir claramente su función. En lo alto también encontramos una pileta. Estas rocas en las desembocaduras o confluencias fluviales, presumen algunos autores que pudieran atender a un referente como mojonera, o lugar de reunión o de algún culto ancestral de épocas remotas de la antigüedad que no alcanzamos a definir.
v. LEBLIC
Fuente: REVISTA DE ESTUDIOS MONTEÑOS Nº 104.
Asociación Cultural Montes de Toledo.
Asociación Cultural Montes de Toledo.