Partiendo de la Ermita de La Milagra y caminando a buen ritmo, se puede estar arriba en hora y media.
Son cuestas muy pronunciadas al principio, después se suavizan, y al final las vistas merecen la pena.
Son cuestas muy pronunciadas al principio, después se suavizan, y al final las vistas merecen la pena.
La bajada se hace más llevadera. disfrutando de la vista de estos riscales que flanquean el camino.